"Desde el momento en que nacemos somos seres libres", pero como pensantes somos responsables de la distancia que acompaña esta realidad y sabemos que aunque ella algunas veces se logre de manera relativa, jamás podrá ser arrebatada en su totalidad, aunque desde el punto de vista jurídico ella pueda estar controlada por nuestros actos nunca será desprendida de nuestras almas.
Siempre seremos libres de soñar, amar, aprender, reír, vivir aun cuando nos enfrentemos a una responsabilidad jurídica. El que vive tras la rejas es un ser tan libre como cada uno de los que estamos afuera, es alguien que aunque ya no esté amparado por el civismo, forma parte de nuestro ayer, del día a día y quizás del futuro.
Por ello, este espacio te dará la oportunidad de vivir tu libertad al máximo, escribiendo tus experiencias, pensamientos y
opiniones acerca del tema.






viernes, 20 de noviembre de 2009

La familia tras las rejas

Cuando la sociedad se refiere a una persona que se encuentra en prisión, lo primero que imagina es a un criminal que está excluido de la sociedad porque no cumplió con la legislación, un ser humano que lo más seguro es que esté armado y se encuentre sumergido en el consumo de drogas y quién jamás aunque quiera podrá borrar esa huella que deja la cárcel.
Olvidamos que detrás de muchos internos hay miles de familias atadas de manos que esperan con ansias la libertad de sus reclusos y que viven con ellos la agonía de sus necesidades, muchos hijos que quisieran un padre de turno las 24 hrs, esposas que desean conseguir el sueño en brazos de su esposo o viceversa, madres y padres desesperados porque preserve la vida de su hijo (a), en fin toda una cantidad de seres queridos que de alguna u otra manera están siendo igualmente víctimas de la prisión.
En muchas oportunidades, éstos criminales (como nos dice su perfil ante la sociedad) son profesionales con una capacidad y una formación íntegra. Personas que pese a sus oportunidades, faltas cometidas o condiciones jurídicas, pudieran ser de gran ayuda para el desarrollo intelectual, cultural y social de nuestro país. En otros casos, son padres y madres de familia que perseveran en la sobrevivencia de una celda, para así acompañar en un mañana a los seres queridos en la consecusión de sus metas.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ser tú mismo ya no valdrá la pena

Desde el momento en que se comienza a formar parte de una realidad penitenciaria el ser humano deberá afrontar diversidades de retos de carácter psicológico, que en oportunidades pondrán en juego su integridad física y mental.
La vida en la cárcel es un túnel, a veces sin salida, donde cada estrategia de sobrevivencia surgirá de manera diferente. Una de las formas de escape es el adoptar nuevas personalidades, que permitan colocarte frente a una posición externa totalmente alejada del miedo y del temor, consecuente de las condiciones inhumanas que se presenten. Para un recluso, las lágrimas se encuentran disfrazadas de sonrisas, la impunidad y el miedo se llenan de valor para no ser vistas, indiferentemente del crimen que haya realizado, el cautivo antes de asesino, ladrón, drogadicto, etc., es un ser humano al que se le debe garantizar su derecho a la vida.
De acuerdo con el director del observatorio venezolano de prisiones, abogado Humberto Prado, "es importante que se sepa que en Venezuela, cada dos años se extermina un penal completo, o sea, matan a 800 internos aproximadamente", lo que resulta inconcebible para nuestra sociedad.